Como vemos, la cola de caballo actúa como un excelente depurativo en el organismo y además es rica en minerales. Es por ello que es eficiente para tratar otras enfermedades como el exceso de ácido úrico, el reumatismo, la artritis, la gota, la anemia, etc.
Otra de las propiedades curativas de la cola de caballo es su potente efecto cicatrizante. Debido a los ácidos péctico y gálico, es muy buena para parar hemorragias y cerrar heridas sangrantes.
Es también un buen remedio para los huesos, pues su contenido en silicio ayuda a fortalecerlos y regenerarlos en caso de lesiones. Además, es ideal para mejorar el estado del paciente en caso de fracturas, tendinitis, osteoporosis, distensiones, etc.
A modo de gárgaras, la cola de caballo también puede ser útil para combatir dolencias de garganta, encías o úlceras bucales.
Entre las muchas propiedades curativas de la cola de caballo, encontramos también que, a modo de uso externo, es un buen desinflamante y puede ayudar a aliviar ciertas infecciones vaginales, las hemorroides y lesiones en la piel como herpes, eccemas, etc.
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